Dra. Verónica G. García (@dravglactancia)-
Médica Nutricionista
MP 8268
¿Se imaginan un alimento que además de otorgar nutrientes con exactitud, confiera
inmunidad permanentemente, que ayude a conformar la microbiota intestinal, que también
actúe como antialérgico y antiinflamatorio, que prevenga enfermedades crónicas, que
participe en la construcción del vínculo y del apego y que además posea células madre?
Un alimento que parece imposible, pero es real. La Leche Humana cumple con estos
requisitos ampliamente. Es un alimento funcional, que genera beneficios adicionales, más
allá de los nutricionales.
Los recién nacidos poseen necesidades biológicas especiales debido a la
inmadurez de sus sistemas orgánicos y la leche materna constituye el sustento óptimo
para su desarrollo y crecimiento. Tal es así que inicialmente el Calostro otorga 67 Kcal/dl
en su escaso volumen (2-20ml/toma), está constituido mayormente por proteínas (2,5gr/dl)
que promueven las defensas y el rápido crecimiento del recién nacido, es más rico en
sodio, potasio, cloro, y vitaminas liposolubles que la leche madura. También contiene
menos grasa (2-3%) y lactosa. Su función es primordialmente inmunológica y laxante,
ayudando a eliminar el meconio del bebé y disminuyendo la severidad de la ictericia. El
intestino es el órgano que actúa como interfaz entre la dieta y los eventos metabólicos que
sostienen la vida, así el calostro provee un inicio óptimo de esta microbiota, programando
la salud a largo plazo.
Alrededor del cuarto día de vida, la capacidad anatómica y fisiológica del estómago
del lactante se aproximan, coincidiendo con la aparición de la leche de transición. Con un
adecuado estímulo de succión y vaciado mamario, aumenta el volumen de leche
gradualmente, hasta llegar a la leche madura cercano a los 10 a 14 días postparto. Esta
satisface todas las necesidades del niño/a los primeros 6 meses, tiene más energías,
75kcal/dl, con un contenido de 4 gr/dl de grasas (mayor proporción en leche de final de
mamada), fundamentales para el desarrollo del cerebro y la retina. Esta leche tiene la
menor concentración de proteínas entre los mamíferos (0,9gr/dl), esto protege la función
renal del niño y genera un crecimiento óptimo, son además hipoalergénicas,
antimicrobianas, inmunogénicas y de fácil digestión. Los carbohidratos se encuentran en
una concentración de 7gr/dl, están representados por la lactosa que promueve la absorción
de calcio y la implantación de una flora acidófila. Los oligosacáridos son prebióticos y
antimicrobianos que suministran ácido siálico para el desarrollo cerebral.
La leche materna es un fluido vivo con células, bacterias, enzimas, hormonas,
nutrientes, vitaminas… tiene una naturaleza dinámica, ajustada a las necesidades del niño,
que genera una impronta metabólica sin igual.
Bibliografia
https://www.sap.org.ar/docs/congresos/2012/lactancia/ppt/rojo_aspectos.pdf